viernes, 12 de junio de 2015

Yoga para niños

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El yoga no solamente puede ser beneficioso para los adultos, sino que también favorece la flexibilidad, la tranquilidad y aumenta la fuerza de los más pequeños. Descubre cómo implementar esta práctica en la rutina de tus hijos.

Muchos niños, hoy en día, tienen una agenda apretada dado que realizan diversas actividades diarias que los dejan con poco tiempo para el ocio. Esto sucede porque, luego de asistir toda la mañana al colegio, concurren también a clases de idiomas, arte, teatro o danzas, y luego practican algún deporte.

Por eso, no podemos decir que el estrés sea un problema solamente de los adultos, por el contrario, aquellos niños que tienen una rutina sobrecargada también pueden sufrirlo, por los que es necesario tomar medidas para que puedan prevenir tal agotamiento.

Justamente el yoga para niños es una alternativa muy beneficiosa para aquellos pequeños que necesiten encontrar un momento de tranquilidad y de relajación que les permita mejorar su predisposición a la hora de enfrentar los desafíos cotidianos. Pero esta disciplina tradicional -tan difundida entre lo más grandes, pero poco aprovechada entre los más chicos- no sólo es ventajosa porque contribuye a la reducción del estrés infantil, sino también porque ayuda a mejorar la flexibilidad; a aumentar la energía, fuerza y equilibrio; a obtener conciencia del propio cuerpo y reeducar la postura, así como también a canalizar las emociones de manera creativa e incrementar el autoestima.

Existen múltiples motivos para incentivar a tu hijo a que se interese por el yoga y, para lograrlo, nada mejor que despertar su curiosidad mostrándole aquellas posturas que llevan el nombre de sus animales favoritos. A continuación, te contamos cómo dar los primeros pasos, haciendo junto a él la posición del perro y de la cobra de la forma más divertida y satisfactoria.

Ahora que lo conoces, ¿crees que el yoga infantil puede ser beneficioso para tu niño?

La hiperactividad infantil tratada con terapias alternativas



Son muchos los niños que tienen una actividad frenética diaria, no paran de correr, saltar, jugar, no hacen caso cuando los papás les hablan o les falta concentración. Este trastorno de origen neurológico afecta a un 5% de los niños del planeta, provocándoles sobre todo un déficit atencional que puede afectar tanto a las actividades académicas como las tareas sencillas y cotidianas.

Algunos padres creen que existen otras alternativas a la medicación y de hecho existen, la hiperactividad infantil puede ser tratada con terapias alternativas.

Una de las alternativas sería el uso de la musicoterapia, según Pamela Mayer Schmitt, musicoterapeuta y psicopedagoga, esta ciencia ayuda a trabajar en el mundo interno del niño y en sus modos de expresión. La música puede ser percibida y recibida tanto afectiva como cognitivamente, es decir, en un espacio cuerpo, mente y emoción simultáneamente. Gracias a la música el niño aprende a conocer sus limitaciones, el espacio y el concepto de sí mismo.

Otra terapia adecuada sería el yoga, a través de sus ejercicios se logra que el niño se relaje. El yoga trabaja la respiración y ayuda a relajar el sistema nervioso, con los ejercicios y juegos adecuados se consigue que el niño adquiera una calma y una serenidad adecuada para desterrar el déficit atencional.

La terapia de las Flores de Bach es otra alternativa que se utiliza para que el niño adquiera una tranquilidad interior pero sin perder la actividad. La diferencia radica en la canalización de la energía la cual focaliza y permite una mayor concentración. Según dicen, los tratamientos con las Flores de Bach no tienen ninguna contraindicación.

Terapias propuestas existen por doquier, pero lo más importante es intentar siempre ponerse en manos de especialistas y usar terapias que han sido certificadas médicamente para el bienestar del pequeño.
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